Ni el pis de mil pichichos harían mella en la cara de piedra del neoliberal intendente porteño. El futuro candidato presidencial del PRO, sabe que cuenta con blindaje mediático a prueba de bombas atómicas, y nada lo perturba en su loca carrera de poder y dinero. El niño rico hijo de poderoso empresario italiano está siempre sonriente mientras hace negocios junto a sus amigos millonarios con la obra pública porteña, y consigue favores de legisladores opositores.
Por eso ni los amparos, ni la Defensoría, ni las denuncias, ni las movilizaciones alcanzan... aunque hay algo que se está haciendo paso a paso...
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